LA VIDA DE LA CIUDAD.
Es cierto que el ritmo diario de la cuidad es acelerado, y el tiempo escasea más que el empleo y el amor.
El valor tiempo; muchas veces un metropolitano gasta su tiempo mínimo en diversión y recreación, lo cual es válido en todo el término utilizado.
En promedio del tiempo utilizado, no supera, el tiempo dedicado al trabajo de una persona de parámetros responsable; es así como se crean diferentes ofertas al trabajólico existencialista, presentándose así los llamados, Martes femeninos, y el resto de días tambien, Happy Tour ( Hora de felicidad ) donde el valor del alcohol disminuye considerablemente y uno que otro de las que ya en desuso, Casas o quinta de recreo.
Por simpáticos que suenen estos nombre, todos aluden a un momento de felicidad, placer oculto del sexo, un momento de convivencia con los colegas.
No habrá algún mensaje revelador de la situación actual del sistema? , pero como no lo podemos cambiar y por más que se deseen las horas de compañía familiar, el día sólo nos limita a cortas 24 horas de trabajo, donde no se cumple la regla de los 3/8; ocho horas de sueño, ocho horas de trabajo y ocho de diversión. Bien sabemos que las horas de trabajo superan a las debidas de trabajo.
Debido a esto observamos casos de existencialismo, descontento, estrés entre otros traumas de la llamada globalización.
Ante este panorama es muy válida la bohemia de ciudad, es muy asertivo ese sentimiento liberador de ruidos.
Admitiendo distorsión, defiendo la vida de ciudad a quienes se toman un respiro después del trabajo, intelectuales o imitadores de Pablo Neruda, quienes pasean de Barrio en Barrio, del Bellavista al Lastarria, de este al brasil. Pero no justifico a los alcohólicos ni a los drogadictos ni otro tipo de personas que hacen esto, no por una liberación, ya que no han llegado al nivel de pensamientos donde se cuestionen su existencia ni critiquen el sistema más allá del Transantiago, sólo lo hacen por vicio o adicción.
Sin el afán de aludir a un esquema de cuidad machista, es más común que el hombre esforzado y cansado que mantiene la casa con su sueldo, es el que más frecuenta estos panoramas nocturnos, pero la mujer no se queda atrás, ahora con presidenta y la ya hace mucho tiempo entrada de la mujer al orden laboral la ha hecho más liberal y feminista, por ende más autovalente y organizada para después del trabajo pasar a disfrutar de un café que no sea el simple y unos aperitivos, o perfectamente a un Martes feminista, todo esto, en compañía de un numero no menor de acompañantes del mismo género y por lo más extrovertido.
Quizá el día que no veamos más estos ejemplos, que al mundo moralista no practicante de la moral y las buenas costumbres, le hace tan mal a la sociedad, sea el que por fin esta tropa de idiotas inconsecuentes donde no se escapa ninguno de nosotros quiera darle un cambio al sistema y cambiar el mierdal donde aún nos gusta revolcarnos.
Viva la bohemia.!
Friday, February 15, 2008
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