Friday, December 21, 2007

Xaviera.


Hay eventos que hacen que tu corta y poco meritoria estadía en la tierra sea triste como una flor putrefacta-

SIN EDICIÓN.


Estoy en el parque Violeta Parra a ojos cerrados sintiendo la brisa que contornea mi silueta, los otros juegan o conversan.-

Los otros son amigos de varias categorías, no son importantes.

Todas las tardes es igual, pues pasamos la tarde acá y luego vamos a comer algo en cada una de nuestras casas y volvemos a salir. Hoy el viento me dice que alguien llegará.

Así fue, era otro grupo compuesto de otros y de una tal Xaviera.

Los grupos crearon lazos rápidamente, entre tanto Xaviera y yo seguíamos al la merced del viento azucarado.

Hasta que Xaviera traicionó al viento y propuso ir a su departamento, que estaba solo, muy cerca del parque Violeta Parra.

En el trayecto a su departamento, fui el único que estaba en comunicación con el viento, pues Xaviera tenía intereses en apresurarse.

Llegamos un departamento colorido, en una de sus piezas había un televisor igual a uno que hay en mi casa, medio transparente.

Luché para encontrar un lugar donde sentarme.

La música sonaba y los inciensos se quemaban.

Me había fijado sólo en el ser de Xaviera en su macro estructura, ahora la observé y sorprende en mi, su definida sonrisa, sus bien dibujados labios, lo suave de su voz y movimientos, su risa estridente y revoltosa.

La música sonaba sin preocuparse por los vidrios al borde del colapso,

Hasta que todos se fueron.

Y quedamos solos, conversando, riendo, escuchando música, abrazándonos, dejándome llevar por su suavidad y olores. Quedamos tan cerca que nuestros labios se tocaron y despertamos de todo sueño, para entrar a otro, cerramos los ojos y nada más se escuchó que nuestras respiraciones.

Sobre mi, deslizó mi mano dentro del pantalón y yo imité con mayor perfección que un espejo su actuar. Me dijo que mis dedos eran los mejores, su respiración felizmente agitada besaba mi cuello poseído.

Para lo que sigue, no hay palabras inventadas.

Fui a mi casa y dormí, al día siguiente liceo, en la tarde pude volver al parque, donde sabía que estaban.

Llegue cuando comenzó a llover y cubrí mi cabeza con el gorro de una casaca, busqué a Xaviera entre el grupo, ella me vio pero me ignoró.

No me preocupé, sólo su indiferencia logró nublarme la mente, me lancé sobre el pasto y comencé a besar a otra mujer.

Al tiempo de besarla me di cuenta que no era más que otra mujer del grupo, pero no Xaviera, eso en realidad me vino a preocupar.

La bajé del árbol donde estaba colgada, se dejó caer como un niño pequeño sobre mis brazos y nos sentamos-.

Por detrás mis brazos como cuerdas la amarraban y su rostro, girando hacia atrás buscaba mis labios hasta que los encontró con la mayor de las lentitudes.

Sus labios eran más que sedas y los míos a merced de sus intenciones se sometieron a una esclavitud, casi perpetua.

En estas palabras, hojas, o alguna página de Internet, se hace imposible transmitir la sensación, más que sublime de un beso disfrutado hasta superar el clímax mismo del orgasmo sin necesidad del acto sexual.

Hasta que la caída y accidente de unos de los integrantes de mi grupo nos despertó del encanto, su muerte instantánea y las risotadas de los demás del grupo me separaron por completo del momento que no se representará nunca más en nuestras vidas.

La alarma del celular, estoy en contacto directo con el colchón, las sábanas en el suelo esparcidas y un calor típico del previo día a navidad que en vez de facilitar impiden que la gente compre con calma.

Celular de mierda.

El sueño me dejó más que atónito y triste.

Saludo a la tristeza como todos los días, recuerdo momentos del sueño, como los besos suaves y me dirijo al PC a plasmar estos momento de amor dirigidos a un hada que no existe, pero su nombre representa algo más que un departamento y sus inciensos.

Luego de que murió frente a nosotros, el lugar del parque no fue visitado, los grupos se dispersaron, mi conexión con el viento no se retomó nuca más.

Esa tarde la pasé con Xaviera abrazados.

Ambos sabíamos que no nos juntaríamos en otra ocasión.

Que esto era el fin.

y que si a nuestro creador imperfecto llamado Roque, se le ocurría imaginarnos mientras el duerme, podríamos vernos.

Llevar nuestro amor más allá de su extensa imaginación, fugarnos de su cuerpo y dejarlo vació.

Roque finalmente no nos dejó en libertad.

Sabes por que?

Por que roque amaba a la Xaviera-

Y quien les relata esto, es roque, roque con minúscula que sólo habita en los sueños.

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